Redacción
México alberga algunos de los volcanes más imponentes y activos del mundo, convirtiéndose en un importante epicentro de estudio para vulcanólogos. Situados a lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico, estos colosos no solo forman parte del paisaje natural, sino que también influencian la vida diaria de las comunidades cercanas debido a su potencial destructivo y su impacto en el medio ambiente.
Ahora, no solo el Popocatépetl será el volcán activo que se encuentre en los alrededores de la capital mexicana, pues un equipo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México ha identificado la posibilidad de que un nuevo volcán se forme en la Ciudad de México.
Los investigadores pertenecientes al departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM señalaron que, específicamente, en el campo volcánico Chichinautzin ubicado en el sur de la ciudad se ha detectado la presencia de magma en la zona, lo que sugiere actividad volcánica en desarrollo.
Algunas áreas de Tlalpan, Xochimilco y Milpa Alta están siendo estudiadas con nueva tecnología desarrollada por la Institución para prever la posible ubicación del nuevo volcán.
¿Cuándo nacerá el nuevo volcán?
Desde 2008 se han llevado a cabo mediciones de dióxido de carbono en varias alcaldías, específicamente en la zona sur de la ciudad. Estos estudios forman parte de una investigación destinada a identificar el área donde podría surgir el nuevo volcán, informó la UNAM.
El comunicado de la Máxima Casa de Estudios enfatiza que, a pesar de la validez geológica de la posibilidad de formación volcánica en la CDMX, este fenómeno no representa un riesgo inmediato. La comunidad científica resalta que el plazo estimado brinda un margen extenso de tiempo, alejando cualquier alarma para la población actual.
Según la universidad, el intervalo estimado para la aparición de dicha formación volcánica es de entre 800 y 1200 años, lo que elimina la preocupación inmediata para los habitantes y las generaciones futuras.
¿Cómo nace un volcán?
El nacimiento de un volcán comienza en las profundidades de la corteza terrestre, donde las altas temperaturas y presiones funden las rocas, formando magma. Este magma, menos denso que las rocas sólidas circundantes, asciende lentamente a través de fisuras y grietas en la corteza debido a la presión interna.
Al alcanzar la superficie, el magma se libera violentamente en forma de lava, gases y cenizas, dando origen a la estructura volcánica. Con cada erupción sucesiva, capas de materiales depositados se acumulan, formando el cono característico del volcán. Este proceso puede durar miles de años y dependerá de factores geológicos específicos como la composición del magma y la tectónica de placas.