Redacción
México ha logrado avances significativos en la digitalización de su economía y en la inclusión financiera en los últimos años, lo que ha permitido a millones de personas acceder por primera vez a servicios bancarios. No obstante, este crecimiento ha traído consigo nuevos desafíos, principalmente en el aumento de los delitos financieros, como el lavado de dinero, fraude y financiamiento del terrorismo. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en 2023 se registraron más de 13 mil casos de lavado de dinero, con transacciones ilícitas que podrían superar los 50 mil millones de dólares anuales.
Pero este fenómeno no se limita a México. Otros países de la región enfrentan retos similares, ya que organizaciones criminales, especialmente aquellas vinculadas al narcotráfico, han comenzado a utilizar plataformas electrónicas y criptomonedas para el lavado de dinero. Estas tecnologías han permitido al crimen organizado mover grandes sumas de dinero de manera casi invisible, lo que ha complicado enormemente la labor de las autoridades financieras y bancarias para monitorear dichas transacciones.
Y es que a medida que las plataformas digitales se expanden, también lo hace la vulnerabilidad del sistema financiero, generando una brecha en la capacidad de las instituciones para detectar operaciones sospechosas en tiempo real. En este contexto, el sector financiero mexicano se ha visto en la necesidad de innovar y adoptar tecnologías avanzadas para reforzar sus mecanismos de detección y prevención de delitos.
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En respuesta a este escenario, los bancos han comenzado a integrar herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial y el análisis predictivo, que permiten identificar patrones sospechosos y anticipar actividades ilícitas antes de que se materialicen.
Paola Sánchez, Business Development Director de RiskShield para INFORM Latinoamérica, destaca la importancia de estas tecnologías en la lucha contra los riesgos derivados de la digitalización. “Las soluciones basadas en inteligencia artificial híbrida permiten identificar y bloquear transacciones ilícitas con mayor precisión, reduciendo las falsas alarmas y optimizando la gestión del riesgo. El uso de estas soluciones es fundamental para garantizar un sistema financiero más seguro y robusto”, afirma.
La evolución de la tecnología financiera en México
En cuanto a infraestructura tecnológica, México ha dado pasos firmes, lo que ha fortalecido la seguridad de las transacciones electrónicas. Según datos del Banco de México (Banxico), en 2023 el 57% de los adultos mexicanos tenía acceso a servicios financieros, reflejando un avance considerable respecto a años anteriores. Sin embargo, la expansión del uso de criptomonedas y plataformas digitales ha traído consigo nuevos riesgos asociados al lavado de dinero y la evasión fiscal.
De acuerdo con la CNBV, el 40% de las investigaciones sobre delitos financieros en el país en 2023 involucraron criptomonedas, subrayando la necesidad urgente de adaptar la regulación y los mecanismos de supervisión a esta nueva realidad digital.
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Para poner atajo a este problema, Paola Sánchez destaca la necesidad de un enfoque colaborativo entre las autoridades gubernamentales, las instituciones financieras y los proveedores de tecnología para reforzar la seguridad del sistema financiero. “El crimen organizado no entiende de fronteras. Por ello, es esencial que todos los actores del ecosistema financiero trabajen juntos, implementando soluciones tecnológicas avanzadas que permitan detectar y prevenir estos delitos de manera más efectiva”, agrega.
Es así como la inteligencia artificial avanzada se perfila como un pilar clave para garantizar la resiliencia del sistema financiero mexicano frente a las amenazas del crimen organizado. “En INFORM hemos desarrollado RiskShield, una solución avanzada que monitorea actividades sospechosas, evalúa riesgos y asegura el cumplimiento de las normativas contra el lavado de dinero. Su capacidad para adaptarse a la evolución de las tácticas delictivas es única, ya que combina inteligencia artificial, aprendizaje automático y técnicas avanzadas para detectar fraudes con gran precisión, optimizando el proceso de detección sin depender de soporte técnico adicional”, concluye Sánchez, reafirmando que gracias al uso adecuado de estas tecnologías, México tiene el potencial de avanzar hacia un sistema financiero más seguro, robusto y confiable, fortalecido en su capacidad para enfrentar los desafíos del crimen financiero en esta nueva era digital.