El tiempo, sano remanso para crecer, para aprender y para volver a creer en ti.
Quizá en algún momento la vida te ponga pruebas, algunas difíciles, algunas dolorosas, pero no son eternas; todas son enseñanzas para seguir adelante.
Te pueden sentir atrapado en alguna situación, pero es hora de creer que hay muchas vías para salir de la más adversa situación.
Sé agradecido con lo que tienes y con el mayor tesoro que existe llamado amor y así regalarás complicidad y sinceridad. Nunca se es tarde para ser sensible y darte la oportunidad de volver a decir cuantas veces sea necesaria que quieres o amas a la gente que se lo merezca.
No desgastes tu alma en discusiones pueriles, mejor invierte en pláticas e instantes reconfortantes y que le den vigencia a tu existencia.
No dejes de lado el arrepentimiento y mejor evade la envidia o el rencor; disfruta cada abrazo, cada beso, cada caricia y ofrece lo mejor de ti cuanto sea necesario.
Se auténtico y generoso; todo lo que des se multiplicará siempre a tu favor.
Si eres creyente de un Dios, habla con él con frecuencia, no hay mejor herramienta para decidir que la introspección.
No menosprecies la soledad. Estar con uno mismo siempre es imperativo para ordenar ideas y calmar los ánimos.
Así que vive intensamente, que la vida es una y está hecha para disfrutarla y compartirla siempre.
