Redacción
Grupo Por Un País Mejor, cuyo símbolo es el Dr. Simi, trae a México, por primera vez, la reliquia de San Judas Tadeo, pieza sagrada que simboliza la esperanza en tiempos adversos.
San Judas Tadeo es una figura simbólica y transformadora de la realidad de millones de personas en México que le confían sus necesidades y depositan su devoción en él.
De ahí la importancia de esta visita, pues San Judas Tadeo es parte de nuestra historia, es una expresión de nuestra cultura y un símbolo de nuestra identidad.
En conferencia de prensa, Víctor González Herrera, presidente ejecutivo de Grupo Por Un País Mejor, dio los detalles de esta visita, “que nos unirá y que busca fomentar el amor y la bondad entre los mexicanos”.
La Reliquia de San Judas Tadeo, saldrá del Vaticano el próximo 26 de julio, después de una misa solemne que se realizará en la Basílica de San Pedro y en la que participarán niños vestidos con trajes típicos que reflejan la riqueza cultural de México.
Será recibida en nuestro país por el nuncio apostólico Joseph Spiteri, el 29 de julio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, para ser trasladada a la Catedral Metropolitana donde permanecerá durante tres días.
Después, la iglesia de San Hipólito albergará esta reliquia por un par de días para que sus fieles lo visiten y demuestren su devoción que transmite esperanza e inspira respeto.
San Judas Tadeo es un símbolo de agradecimiento para millones de personas en México, por lo que la reliquia hará un recorrido por las principales ciudades del país.
En esta reunión con los medios, González Herrera también habló de su nombramiento como nuevo Caballero de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge.
En una ceremonia realizada en la Archibasílica de San Juan de Letrán, en Roma, el empresario mexicano fue investido con la condecoración que reconoce a quienes destacan por sus actividades en la asistencia social y humanitaria.
Esta distinción que otorga la Orden Constantiniana rememora la vida de San Jorge, santo de los primeros siglos de la cristiandad y que evoca el valor y la fortaleza.
En sí misma, representa una armadura de fe, escudo de buena voluntad y promueve la caridad sincera, generosa y humilde hacia el prójimo, especialmente, los pobres, enfermos, perseguidos por la justicia y los que sufren. Es una condecoración que sirve para propagar la fe y la paz del mundo.