Para hacer frente a fenómenos como el cambio climático, las altas temperaturas o la sequía, productores, empresas privadas y organismos internacionales anunciaron una alianza para impulsar el Programa nacional de transferencia de tecnología para la producción rentable y sustentable de caña de azúcar en México.
Dicho programa tiene como ejes la investigación y el desarrollo biotecnológico, así como la capacitación y asistencia técnica para los productores.
Marcel Morales Ibarra, director de Biofábrica Siglo XXI, quien desde hace más de 20 años impulsa el uso de biofertilizantes microbianos, destacó que el cambio climático es, sin duda, el reto más importante de la sociedad, ya que el modelo agrícola actual es responsable de una tercera parte de los gases de efecto invernadero que se emiten en el mundo.
La agricultura también incide directamente en la crisis hídrica, agregó, ya que en ella se consumen, de manera altamente ineficiente, más de dos terceras partes del agua dulce del mundo.
Frente a estos retos, el experto dijo que se cuenta con alternativas sólidas con base científica, que permiten revertir la tendencia destructiva que ha tenido la agricultura, “para que, de ser parte importante del colapso climático, sea parte importante de su solución”.
Aumentan 95% ingreso de productores
En la alianza, dada a conocer el pasado 23 de mayo, durante la visita a las instalaciones de Biofábrica Siglo XXI, en el marco de las actividades de la Bonsucro Global Week 2024, participan Biofábrica, Bonsucro, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la Unión Nacional de Cañeros (UNC-CNPR), Syngenta y Biome Makers.
En el evento también se dieron a conocer los resultados del primer año del Proyecto del Fondo de Impacto Bonsucro, impulsado de forma conjunta por Biofábrica Siglo XXI, UNC-CNPR y The Coca Cola Company, en donde, con el uso de biofertilizantes microbianos, se logró incrementar, en el primer ciclo productivo, 55% el rendimiento y 95% el ingreso al productor, así como reducir el uso de fertilizantes químicos en 22% y aumentar 8% la captura de carbono en cuatro parcelas ubicadas en el Estado de Morelos.
Aunque, explicaron, que a veces estos promedios son mayores, dependiendo del tiempo de aplicación de los biofertilizantes, por ejemplo, parcelas con 10 años de uso de estos bioinsumos, superan en 100% esta diferencia respecto a la producción convencional.
Morales Ibarra indicó que, dado los resultados positivos obtenidos, “hemos iniciado la etapa de masificación de esta tecnología, integrada a otras prácticas de agricultura regenerativa, y la alianza será una vía para lograrlo”.
Aumenta uso eficiente del agua
También subrayó que la productividad y sustentabilidad en caña de azúcar será significativamente mayor si al uso de los biofertilizantes se añade materia orgánica al suelo, el control biológico de plagas y enfermedades, la sustitución de la cosecha manual por mecanizada y un uso eficiente del agua.
Frente a visitantes de más de 30 países, el especialista enfatizó que, gracias a la disminución de agroquímicos y el uso de fertilizantes microbianos, hay una regeneración del suelo que permite un incremento importante en el secuestro del CO2 y un uso más eficiente del agua.
En tanto, Diego Montenegro, representante en México del IICA, resaltó que el empleo de bioinsumos es una tendencia donde Biofábrica Siglo XXI se ha adelantado y tendrá mucho éxito, porque sin plantear una eliminación de la noche a la mañana de fertilizantes químicos, han propuesto su utilización junto con los biológicos.
Esta práctica, a través del tiempo, demostrará que los suelos mejoran, capturan carbono y generan la posibilidad de que el agricultor tenga mayores rendimientos.
Afirmó que el IICA se suma de manera entusiasta a esta iniciativa, “vamos a promover estas tecnologías entre los productores y tener prácticas sostenibles en México y el mundo”.
En este proceso, enfatizó, las políticas públicas son fundamentales y deben tratar de promover mayor cantidad de esfuerzos de trasferencia de estas tecnologías, y siempre acompañarlos con asistencia técnica. Hacia una mecanización sustentable.
Por su parte, la directora de Fomento a la Agricultura de la Sader, Mirna Aragón, consideró que, “con las experiencias en caña de azúcar, Biofábrica Siglo XXI ha llegado a un punto de innovación muy importante que se aplica también a otros cultivos.” La funcionaria recordó que, para hacer una zafra en verde, sin quemas, hay diferentes iniciativas, entre ellas la mecanización del campo cañero, por lo que la Sader y el Ministerio de Agricultura de China, anunciaron que el país asiático donará a México, 33 paquetes de maquinaria agrícola que incluyen un tractor y una cosechadora.
Con biofertilizantes eliminarían hasta 80% de emisiones
Este esfuerzo –detalló– estará orientado, en un principio, al sur-sureste mexicano, e impactará entre 40 y 50 mil hectáreas y “en esta colaboración está presente Biofábrica Siglo XXI”. Cabe aclarar que éste es un programa nacional, que pretende implementar el esquema de cosecha mecanizada en el total de las novecientas mil hectáreas de caña de azúcar que se cultivan en México, en un horizonte de tres años.
Hay que recordar que la práctica de la quema de la caña es responsable de más del 50% de los gases de efecto invernadero que genera el cultivo. La cosecha mecanizada, acompañada con el uso de los biofertilizantes, ayudaría a eliminar entre un 70-80% de las emisiones del cultivo.
Por el lado de Syngenta, la directora de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos, Patricia Toledo, subrayó que la empresa busca ser un agente de cambio para generar un modelo integrado de desarrollo sostenible, a través de la innovación tecnológica, de prácticas de agricultura regenerativa, de la agricultura digital, y el fortalecimiento de capacidades entre los productores, “si tenemos estos ahorros y tenemos mayor rendimiento, creemos y nos asumimos como parte de la solución de tener más prosperidad rural”.
Para finalizar el acto, Danielley Morley, CEO de Bonsucro, estándar que certifica la producción sostenible de la caña de azúcar alrededor del mundo, destacó que esta alianza, y el trabajo realizado, “es exactamente lo que buscábamos hacer cuando lanzamos el Fondo de Impacto Bonsucro, utilizar los ingresos de la venta de los créditos certificados, para invertir en innovación, e incentivar alianzas.